La actualización del plan permitirá, según el Gobierno, maximizar el impulso que representa la transición ecológica, tal y como lo demuestra la fuerte atracción de inversiones industriales y de renovables en nuestro país.
El documento incluye un fortalecimiento de la cadena de valor industrial y la autonomía estratégica, con una caída de la dependencia energética desde el 73% en 2019 hasta el 50% en 2030 y un ahorro en importaciones de 86.750 millones. La reducción de Gases de Efecto Invernadero prevista para 2030 es del 32%, frente al 23% estimado en la versión original del plan.
Con una inversión prevista de 308.000 millones durante el período, el PIB se incrementa un 3,2% y se crean hasta 560.000 empleos en 2030. La demanda eléctrica crece un 34% sobre 2019 gracias al desarrollo económico y la electrificación de la economía llega al 35%. Baja el gasto energético medio de los hogares del 7,8% de su renta en 2019 al 5,7% en 2030, con más incidencia en los hogares de renta baja.
También en la reducción de la contaminación atmosférica son más ambiciosos. Permitirá disminuir a la mitad las muertes prematuras estimadas para el final de esta década. Y por último, en 2030, se prevé la instalación de 76 GW de fotovoltaica (con 19 GW de autoconsumo), 62 GW de eólica, 22,5 GW de almacenamiento y 12 GW de electrolizadores para obtener hidrógeno renovable.

